MadriZ, me encanta que me devores

Madrid, me encanta que me devores.

De verdad, te lo advierto, no dejes de hacerlo nunca.

No dejes de quererme, ni de atraparme, ni de ahogarme, ni de agobiarme, ni de iluminarme, ni de..., ni de...

Llevo meses intentando escribirte algo, no soy capaz, ¡NO ME DEJAS!. Siempre me buscas algo que hacer, una calle en la que perderme, un café por tomar, una cerveza por abrir, una guitarra por escuchar... ¡NO ME DEJAS!. 

Y hoy, me envalentono, paro el reloj, te escribo y hago balance, de todo lo que hemos vivido juntos, de la libertad que me otorgas, del calor con el que me acoges, de lo que amo tu gente, de lo que me gusta pisarte, exprimirte y adorarte.

Me das seguridad, me das magia, me das ganas de comerme la vida, me das ganas de beberte en cada segundo, de disfrutarte, de sentirte, de inhalarte, de recorrerte,...  

Eres terapéutico, desde la Castellana hasta Atocha, desde Carabanchel hasta el Palacio Real, desde Gran Vía hasta Ventas, desde Malasaña hasta Argüelles, desde...

Me da igual tu reloj, que se consume como cigarrillo entre mis dedos, me igual tu humo de tubo de escape, me dan igual tus charcos cuando hay lluvia, tus autobuses que nunca llegan a tiempo, tus metros que siempre pierdo ¡ME DAN IGUAL!

Me da igual todo porque, porque, porque... A ver, me da vergüenza decirlo...

Pero, ¡TE QUIERO! con tus pros y tus contras, con tus luces y sombras.

¡TE AMO! Porque me das vida, luz de neón y me rellenas el corazón de adrenalina.

Ya ves, no quería decírtelo, pero ¡MADRID, TE QUIERO!

Víctor Amor