Wednesday, November 6, 2013

DÍA 1: El primer día de mi vida (Sin tí)



No puedo parar de mirar el cuadro de la pared, me recuerda tanto a ti. Ahí está, en el mismo sitio que ayer, cuando te fuiste. Kate Moss, con su melena rubia y apurando un cigarrillo, parece no importarle donde caiga la ceniza. Me mira, como echándome la culpa. No he podido por menos que agachar la cabeza, me ha intimidado. En realidad ella impone.
 Cabizbajo he visto el tabaco y me he puesto a fumar, desde ayer no hice otra cosa que alquitranar mis pulmones y evocar, y evocar, y evocar, y…

¿Sabes qué? Me he acordado de Sheperd’s Bush. De las casitas blancas perfectamente alineadas. De cuando paseábamos hasta las tantas mirando cada una de ellas fantaseando con comprar una. De cómo nos tirábamos en el césped al salir del curro. De de contestar a mi madre al teléfono con evasivas, para así no cejar de mirarte. Me he acordado de ti. De aquel  verano en el que hicimos de Londres nuestra trinchera. De entretejer nuestras manos en la hierba de Regent's Park.

¿Recuerdas cuando comíamos perritos calientes en Queen’s Walk? Yo intentando hacer ver que era londinense, de toda la vida. Tú esmerándote en quitar el Ketchup de la camiseta.

Recurro a la radio. Ella siempre me ayuda, y… casualidades de esta puta vida, suena Torn de Natalie Imbruglia:

“I’m all out of faith, this is how I feel.  I’m cold and I’m ashamed bound and broken on the floor. You’re a little late. I’m already torn…”

¡No puede ser! El mundo está conspirando contra mí. Mejor apago.

He mirado el teléfono ¿Sabías que tenemos 1172 fotos juntos? He ido directo a la carpeta de aquel verano.  Soy masoca, lo se, pero… Londres es nuestro lugar. Allí erupcionó todo.  Aterrizamos siendo amigos, despegamos siendo más que eso.

Recuerdo que, cuando el avión empezaba a levantar vuelo en Heathrow, me besaste y dijiste: “Es por si esto se cae, que sepas que te quiero”. Eres un hijo de puta, cosas así no se dicen tan a la ligera.

Acabo de pensar en John y William,que fueron cómplices del inicio, de lo que nos quisimos, de las noches en Londres…  He pensado en llamarles y decirles que ya no estás. Pero… tanto a ellos, como a mí, les encantará seguir pensando que estamos juntos.

A quien voy a llamar es a Elena, al fin y al cabo, siempre os habéis caído mal.


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